Pagar en pequeñas cuotas, semanas después de comprar y que te devuelvan un porcentaje del gasto.
Es el reclamo engañoso de las tarjetas revolving o tarjetas de crédito de pago aplazado.
El mecanismo es similar al de un préstamo. La tarjeta tiene un crédito preconcedido, por ejemplo, 6.000 euros. Gastemos lo que gastemos siempre habrá esa cantidad disponible. Así que a cada compra acumulada habrá que sumar esos 6.000 euros, incrementando continuamente la deuda.